Existen objetos, piezas u obras que, por su naturaleza, requieren un cuidado especial para su protección durante una exhibición en museo. Hablamos de libros antiguos, textiles, piezas arqueológicas o históricas, fósiles u objetos del mundo natural o simplemente objetos delicados que no pueden exponerse al público.
Para este tipo de objetos, las vitrinas son la mejor opción. Son espacios como cajas transparentes, generalmente de cristal o acrílico, que permiten a los visitantes conocer y disfrutar la pieza desde diferentes ángulos al mismo tiempo que ofrecen protección, un ambiente o clima interno controlado y la oportunidad de un despliegue más espectacular.
Hoy te compartimos los tipos de vitrinas que hay para que determines cuál es la que mejor va con tus piezas o tu exposición en general.
Vitrinas horizontales
Las vitrinas horizontales se usan para exponer objetos que por su naturaleza deben exhibirse de forma horizontal para que el público pueda verlos desde arriba. Por ejemplo, un libro antiguo o un tipo de tela. La altura recomendada es de 80 a 90 cm para facilitar que tanto público como sea posible pueda disfrutar las piezas.
Vitrinas verticales
Las vitrinas verticales, por otro lado, son usadas para exhibir piezas de mayor tamaño o grupos enteros de piezas más pequeñas. Las hay de pared o empotradas y centrales o de plataforma.
Las de pared o empotradas permiten hasta 3 planos visuales de la o las piezas y se usan mucho cuando quiere mantenerse un recorrido único, ya que, técnicamente, el visitante está viendo las piezas dentro de un muro transparente; En cambio, las vitrinas centrales o de plataforma, permiten un flujo más flexible ya que, como su nombre lo indica, funcionan como islas al centro de un espacio museográfico. Además, permiten a los visitantes apreciar el objeto desde diferentes ángulos y son ideales para piezas grandes como estatuas, armaduras, reconstrucciones fósiles, etc.
Qué considerar en el diseño de vitrinas
Las vitrinas siempre se deben diseñar en función del objeto que quieren mostrar y jamás deben ser más vistosas o espectaculares que aquello que contienen. De hecho, todo lo contrario: entre más inadvertidas pasen, mucho mejor. También es importante que garanticen la conservación del objeto a través de un clima interno regulado y la correcta iluminación. Es fundamental que el diseñador conozca siempre todos los pormenores de la pieza antes de diseñar la vitrina.
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